lunes, 4 de abril de 2011

Cenemos

Cenemos.



Ganadora del Encuentro de Teatro Joven 2007 con Mención a Mejor Texto y Mejor Actriz (Federica Presa y Victoria Burghi). Realizada en El Galpón en Enero de 2008 y en Teatro Circular en Febrero de 2008.

Texto y Dirección
Jimena Márquez


Actúan
Andrés Alba
Victoria Burghi
Federica Presa




CENEMOS


(semi penumbra)

Escena 1.

(Interior. Casa de Hombre y Mujer.  Hombre baila al son de la música que suena. Mujer lo mira con desagrado. Mujer baila. Hombre se detiene. Mujer se detiene. Hombre baila)
M:   He aquí el motivo de nuestra inminente separación. Tú te empeñas en hacer y decir todo lo contrario  a lo que yo.
H: ¿yo? ¿Qué lo a contrario lo todo decir y hacer en empeñas te tú?
M: ¿lo ves?
H: no.
M: ahí lo tienes de nuevo, ¿lo ves?
H: no.
M: he aquí el motivo de nuestra inminente separación. Tú te empeñas en hacer que caigamos siempre en diálogos sin salida.
H: ¿cómo?
M: he aquí el motivo de nuestra inminente separación. Tú te empeñas en hacer que caigamos siempre en diálogos sin salida.
H: ¿cómo?
M: si tú quieres come.
H: ¿cómo “come”?
M: ¿cómo come quién?
H: oh, no lo sé.
M: he aquí el único y verdadero motivo de nuestra inminente separación. Tú nunca sabes nada. Tú no te ocupas de las cosas de la casa. Tú no tienes en cuenta mis necesidades. Yo siempre soñé con un niño. Un niño corriendo por esta casa.
H: ¿uno?...bueno, matemos a uno de los gemelos.
M: no, no, no, cruel, sanguinario, ¡asesino en serie!
H: ¿en serie? Pero si sólo sugerí matar a uno.
M: son gemelos. El otro moriría también. Eres el peor hombre del mundo.
H: mujer, ¿por qué te pones así? Nosotros no tenemos hijos, ni gemelos.
M: mmmm…lo sospechaba.
H: el verdadero motivo de nuestra inminente separación es que ya no nos amamos.
M: habla por ti.
H: ya no te amo.
M: ni yo a ti.
H: ¿lo ves? Ese es el verdadero motivo de nuestra inminente separación.
M: que ya no nos amamos.
H: habla por ti.
M: ya no te amo.
H: ni yo a ti.
M: ¿lo ves?
H: he aquí el único y verdadero motivo de nuestra inminente separación. Tú nunca sabes nada. Tú no te ocupas de las cosas de la casa. Tú no tienes en cuenta mis necesidades. Yo siempre soñé con un niño. Un niño corriendo por esta casa.
H y M: ¡ay! ¡somos el uno para el otro!

Escena 2.

M: sabía que tenías otra. Lo sabía. Siempre lo supe. Y nunca te atreviste a decírmelo. Cobarde. Sucio. Tenías otra. ¡quítate esa¡ (H se saca la camisa, M le pone una limpia)
Sucio.
H: tú tienes otra.
M: ¿insinúas que te engaño con una mujer?
H: sí.
M: (aparte) fiu, creí que había descubierto la pollera.
H: he hallado una pollera en la casa. Eso significa que tienes contacto con el exterior. Y se trata de una mujer, puesto que te ha regalado una pollera.
M: a ti te han regalado una camisa. Sin embargo, no diría yo que me engañas con un hombre, sino con una mujer…masculina.
(suena el timbre)
H y M: ¡debe ser ella!
H y M: ¿la invitas a casa?
H y M: sí.
H y M: ¿por vez primera?
H y M: sí.
M: iré yo, puesto que soy mujer y seguramente ella…sea mujer.
(entra un hombre)
M: querido, te presento a mi mujer.
H: esa es mi mujer.
(H y M luchan)
3: ¡un momento! Yo no soy una mujer.
H y M: ah.. ella no es una mujer.
3: yo no soy ella, ella eres tú.
M: ¿yo? ¿yo? ¡yo no! No ¿yo?...ah, sí, sí.
H: no estoy tan seguro ahora de que seas una  mujer.
3: deberías estarlo, porque de otro modo, la mujer serías tú.
H: ¿yo? Oh no…¿y por qué tú no eres la mujer?
3: porque hace un rato dije que no lo era.
H: pues yo tampoco lo soy.
3: debemos esperar un rato para eso sea cierto.
(silencio)
3: ya es cierto, o sea que ella debe ser la mujer.
H y 3: ¿eres tú la mujer?
M: ¿de cuál de los dos?
H y 3: la mía.
M: pues, sí.
H y 3: ¿a quién respondes?
M: al primero que admita que es una mujer.
H y 3: ¡yo lo soy!
M: ¡impostoras! Fuera de mi casa.
H: (saliendo) un momento, esta es mi casa también. Yo soy tu marido.
M: ¡Mi amor!.
(se abrazan)
M: nunca pensé que mi marido fuera una mujer.
(advierten la presencia de 3. Se abrazan atemorizados)
H y M: pero entonces…¿usted quién es?
3: calma. Soy la vecina de enfrente.
H: oh! Calma, qué bonito nombre. De tener una hija se llamaría Calma.
M: ya tenemos una hija.
H: mmm…lo sospechaba. ¿cómo se llama?
M: Calma, cuando sea el momento te lo diré.
(silencio)
M: es el momento: se llama Calma. (a 3) Calma…
3: no estoy nerviosa.
M: yo no he insinuado semejante cosa.
3: me ha dicho calma.
M: ese es tu nombre.
3: ¿ese es mi nombre?
M: pues, sí.
3: ¡mamá!
M: ¡hija!
(se abrazan y lloran)
H: ¡cenemos!

Escena 3
(sentados a la mesa)
H: no recuerdo haber tenido ninguna hija.
M: querido, es que los hombres no tienen hijas, son las  mujeres quienes las tienen. Los hombres tienen hijos.
3: no es esencialmente correcto. Las mujeres tienen tanto hijas como hijos.
H: promiscuas.
M: si las mujeres tiene tantos hijos como hijas, entonces…¡se nos ha perdido un hijo!
(lo buscan desesperados)
M: (a H) ¿no serás tú mi hijo y te haces pasar por  mi marido?
H: maldición mujer…lo has descubierto todo.
M: ¡hijo mío!
(se abrazan y lloran, mientras que 3 intenta huir del lugar)
M: Calma, ¿a dónde vas?
3: yo quería ser hija única.
H: lo eres, yo soy el hijo, la única hija eres tú.
3: es lo mismo, no quería hermanos, ni hermanas.
M: bien, Calma, tú serás mi marido y él nuestro hijo. Cenemos.

Escena 4.

H: no me gusta la comida.
3: deberás comerla de todos modos. Los hijos deben aceptar todo de sus padres, sin quejas.
H: pues entonces quiero ser padre otra vez.
M: hijo mío ¿acaso somos abuelos y no lo sabemos?
H: no, no, no, no, no, quiero ser padre ahora, en esta cena.
( intercambian lugares)
H: no me gusta la comida.
M: oh mi amor, ya te preparo otra cosa (saliendo)
H: ¡un momento!
(quedan congelados)
H: gracias, continúa.
(M le trae otra comida)
H: no me gusta la comida.
M: quiero ser padre.
(intercambian lugares)
M: ¡me encanta la comida! Cenemos.
3: tú no has sido hija aún.
M: pero…¿cómo puedes insinuar semejante falacia? Yo no sería hoy mujer si alguna vez no hubiera sido hija.
3: pero…ahora tú eres el padre…
H: sí, yo soy el hijo.
3: ¡soy el espíritu santo!
H y M: ¡santo Dios!
3:  bueno bueno, no tanto, soy sólo una parte de Dios, más precisamente la tercera.
H: la tercera parte…no es tanto, cenemos.

Escena 5.

M: es absolutamente imposible que cenemos en este preciso momento.
H: ¿por qué?
M: son las 11 de la mañana.
3: ¿cómo lo sabe?
M: lo indican las manecillas del reloj.
H: pero las manecillas del reloj indican la misma hora dos veces en 24 horas. Una vez son las 11 de la mañana y otra las 11 de la noche. Deberíamos comprar un reloj de números electrónicos.
M: estamos en 1920. Y hay sol.
(silencio)
C: es que hoy es noche de eclipse. Soy la vecina de enfrente y he venido a preguntar si no tendrían ustedes una radiografía  a fin de observar el eclipse sin dañarme los ojos.
(H y M se abrazan aterrorizados)
H: esta mañana hemos mirado el eclipse sin proteger nuestros ojos.
M: (cerrando los ojos) ¡estoy ciega!
H: (cerrando los ojos) ¡estoy ciego!
M: Calma!
H: ¿cómo pretendes calma en este momento?
M: vecina! vecina! alcánceme la placa que guardo en el baúl!
(3 le alcanza la placa. M la coloca delante de su rostro y abre los ojos)
M: gracias, he recuperado la visión. Cenemos.

Escena 6.

(M mira  a través de la radriografía)

M: Calma, ¿te sientes bien?
3: sí, ¿por qué?
M: te veo verde. Amor, ¡Calma está verde!.
H: quítate la placa y se sanará.
M: ¡querido! Ha sanado. La ceguera te ha dado a cambio sabiduría curativa.
3: míralo a través de la placa, tal vez su ceguera se cure.
M: (a través de la placa) abre los ojos amor, ábrelos.
H: (abriendo los ojos) ¡he recuperado la visión! Qué fea eres mamá.
M: no soy tu  madre, soy tu mujer.
H: ni muerto.
M: pues te dejaré ciego otra vez. Mira el eclipse, míralo.
3: se ha ido. Soy la vecina de enfrente y he venido a informarles que el eclipse se ha ido.
M: lástima. Pase. Cenemos.
3: no me de órdenes.
M: oh! Disculpe, ¿le apetecería cenar esta noche con nosotros?
3: en el correr del día lo resolveré. Son recién las 11 a.m. soy la vecina de enfrente y  he venido a invitarlos a cenar.
(tensión)
H: oh!...verá…definitivamente no es contra usted, es que no hemos salido de casa en 150 años. El miedo, la costumbre…
3: oh! No, yo pensaba invitarlos a cenar aquí, en su propia casa.
M: a qué bien, debemos esperar la hora de la cena.
(silencio y espera)
3: eh…soy la vecina de enfrente y he venido a  proponer que se cene ahora. He traído comida china.
H: oh no! No, no, comida china no, no, no la entenderé.
M: está bien, tranquilo, cenaremos a la hora de la cena, y mientras tanto, aprovecharemos el día enseñándote chino. Esto que ha traído la vecina es aloz, repite conmigo: a-loz.
H: he comprendido. Cenemos.
M: silencio! Aún restan las conjugaciones verbales y participios.
(3 intenta huir silenciosamente)
M: ¿a dónde cree que va?
C: chi mi fan do chi ni fi muguno.
M: chi mi no niu chi midi to muguno, no.
(lucha de artes marciales)
H: ¡se conocían de antes!
M: eso que importa, tú y yo también nos conocemos de antes.
H: yo te encontraba cara conocida.
3: los tres fuimos compañeros…en la universidad.
H: los compañeros de universidad deberían limitarse a llegar tan solo a la puerta de la universidad. Los compañeros de universidad sirven solo para que las compañeras de universidad les sonrían y les pidan libros prestados. Los compañeros de universidad reducen el resto de su vida a reclamar libros prestados a las compañeras de universidad, mientras siguen su culo bamboleante cuando ellas se alejan, acelerado el paso, por los pasillos de la universidad. Los pasillos de la universidad, deberían tener trampas ocultas, previstas para hacer caer a las compañeras de universidad y las compañeras de universidad deberían no tener compañeros de universidad, porque los compañeros de universidad, sólo concurren a la universidad para acostarse con las compañeras de la universidad y suelen tener cría, contra su voluntad, con sus compañeras de universidad y suelen además parir niños que preñarán más tarde compañeras de universidad. (a M) ¿y a ti cuántos libros te han prestado ya? ¡Puta!
M: soy yo mi amor.
H: ¿qué dice madre? Incestuosa.
M: oh no, me arrancaré los ojos.
H: conseguiré una radiografía para sanarte, madre.
M: el hombre que amo es mi propio hijo.
H: haré de cuenta que soy tu marido.
M: listo, gracias. Cenemos.

Escena 7.

(jugando al juego de la copa)

M: espíritu santo ¿estás ahí?
3: sí.
H: tú has dicho eso.
3: ¿quién? ¿yo?
H y M: sí, tú.
3: yo no.
H y M: ¿pues quién?
3: pues…el espíritu santo.
H: el espíritu santo eres tú.
3: entonces he sido yo.
M: no se puede jugar con ud.
3: con la religión no se juega.
H: ¿y acaso tú eres la religión?
3: sí.
H: hubiera jurado que eras la vecina de enfrente.
3: ¡ya basta de tonterías! ¿no se dan cuenta que no hay vecina de enfrente? No hay nada de nada. Tampoco hay nada en las calles, ni nada en ningún sitio.
H y M: ¡oh!
3: soy la vecina de enfrente y he venido a informarles que no soy la vecina de enfrente, soy el espíritu santo y he venido a informarles que el mundo se ha acabado.
H y M: ¿ya?
3: uds. no lo han advertido ya que nunca han salido de aquí una vez que han entrado, hace…exactamente…
H: 150 años.
3:correcto. Pues bien, ya nada queda afuera y es hora de que se marchen junto a los demás.
(H y M se van yendo, pero son retenido por 3)
3: no sin antes firmarme los títulos de propiedad de la casa y colocarlos a mi nombre, delegado de Dios. Los he traído preparados. Tan solo firman por aquí. Gracias y apuraos, Dios los espera a cenar.
H: ¿aloz?
3: lo que uds. deseen. Adelante.
(3 en soledad, suspira aliviado, coloca los pies sobre la mesa y sobre ella un cartel con la leyenda “Se alquila”)

Escena 8.

(suena el timbre. 3 abre. Entran H y M)

H: disculpe…desearíamos alquilar esta casa…ya que…nos recuerda mucho a la nuestra…verá…nos han engañado y hemos quedado en la calle.
3: para eso estamos. ¿Cuánto tendrían para ofrecer?
M: ¡oh! Todo cuanto tenemos.
3: muy bien, firmen por aquí..”todo lo que tenemos queda en manos de….muy bien. Y…¿cuánto es todo cuanto tienen?
H: pues…nada.
M: pero ya firmamos no.
3: pues me marcho
H: no..no se marche a esta hora…
M: ¡cenemos!
(H lee el diario)
H: ¡oh! Presta atención querida: “ingenioso delincuente, mejor conocido bajo los nombres de Enfrente Vecina de y Santo Espíritu, se aprovecha de la ingenuidad de ancianos faltos de lógica y completamente estúpidos, hasta apoderarse de sus propiedades.
(3 ha comenzado a huir sigilosamente)
H: ¡un momento! No huya de esa cobarde manera.
M: no tema, aquí está a salvo. Conocemos perfectamente a ese delincuente.
H: no podría engañarnos otra vez.
3: ¡cenemos!
H y M: ¡cenemos!

Escena 9.

3: comienzo a sospechar de ustedes.
H: ¿de ella o de mi?
3: de ustedes.
M: ¿usted es…?
3: soy la vecina de enfrente y…
H y M: (aterrorizados) el peligroso delincuente.
3: no, no, no, otra vecina de otro enfrente.
M: mmmm sospecho que intentas confundirnos. ¿cómo es que te  llamas “vecina” y eres hombre?
H: ay Nicolás ¿eso qué tiene que ver?
M: cierto. Sentémonos a la mesa. (se sientan arriba de la mesa)
H: (luego de un silencio) oh, creo que algo no está funcionando bien...
M: está bien. Usemos la mesa como lo que es y cenemos.

Escena 10

3: me temo que…ya se me ha ido el apetito.
H: pues ve a buscarlo. (ríe)
3: me temo que…ya no me hacen gracia sus bromas.
M: bueno, listo, no haremos más bromas. (adoptan una actitud seria y permanecen callados por un rato)
3: eh…bueno, contaré un chiste. Madre, madre, no me haga licuado, no me haga licuado, no me (simulando estar dentro de una licuadora) blublbublbubb…
(permanecen totalmente serios)
3: (girando con un pie inmóvil en el piso) madre déjame salir a jugar, madre déjame salir a pasear, déjame. (con voz de madre) Cállate o te clavo el otro pie.
(permanecen totalmente serios)
3: bueno, no me sé ningún otro.
(ríen a carcajadas)
3: ( en un ataque de nervios) basta, no los comprendo. Retírense de mi casa.
M: ¿sin cenar? De ningún modo.
3: bueno, cenemos
M: iré por la comida (sale hacia la cocina)
H: creo que es hora de decirle que ya no la amo.
M: (entrando con la comida) bueno…
3: ya no te ama.
(M deja caer la comida)
H: yo iba a decírselo.
M: él iba a decírmelo.
3: bueno, dícelo.
H: mmm creo que no está preparada.
M: sí, está preparada,  pero se ha caído. Tendremos que cenar en el piso. Pero no es lo importante ahora. Ya escuché lo que me dijo.
H: ¿qué te ha dicho?
M: ha dicho que ya no me amas.
H: él puede estar mintiendo.
M: ¿estás mintiendo?
3: no.
H: aún puede estar mintiendo.
3: todo lo que digo es falso.
(silencio)
M: no vale.
H: es cierto, no vale.
M: ¡si esa frase es verdadera, es falsa y si es falsa, es verdadera! También nosotros podemos hacerlo. Oye. La próxima declaración de mi marido será falsa.
H: mi esposa ha dicho la verdad.
(se abrazan festejando)
3: brillante. Los felicito. Cenemos.
M: un momento
(se detienen)
M: gracias, continúen.
H: no es gracioso, ya lo hice.
3. basta, cenemos, ¡cenemos!, ¡cenemos!.
(se sientan en el piso rodeando la comida caída)
3: ¿en qué ha quedado la conversación acerca del fin de vuestro amor?
H: mi amor, ya no te amo.
3: pero le dices “mi amor”, no tiene sentido.
M: silencio.
H. ya no te amo.
M: ni yo a ti.
H: bueno, entonces, cada uno por su lado.
M: cada uno por su lado.
(M sale por lo que se haya tomado como puerta al exterior y H por lo que se haya tomado como entrada a la cocina. H vuelve a entrar)
H: je, no se sale por ahí.  Qué tonto, je je.
(antes de que H salga entra M)
M: oh, he venido a avisarte que no se sale por ahí.
H. lo sé. Bueno…¿cada uno por su lado?
 M: cada uno por su lado.
(salen al revés que la anterior salida y sucede lo mismo, con el mismo diálogo invertido. Cuando arrancan de nuevo en direcciones contrarias 3 explota)
3: ¡basta por favor! Es evidente que tendrán que salir por el mismo lado, mal que les pese. En la puerta se separan.
H: oh, claro.
M: sí, sí, evidente.
(arrancan abrazados hacia la puerta de la cocina. Demoran)
3: ¿qué demonios están haciendo?
H y M: ¡la cena! (saliendo) no, era broma, ya nos vamos. (salen por la puerta correcta. Entrando) no, era broma, ¿cómo nos vamos a ir? Prepararemos la cena (entran a la cocina. Saliendo) esta vez te la has creído, ya nos vamos (salen. Entrando) pero qué credulón resultaste, no te vamos a dejar sólo para la cena (comienza a bajar lentamente la luz. Siguen entrando y saliendo hasta que la luz baja del todo. Sube la música, sólo se ven las entradas y salidas. 3 inmóvil en el centro, mira al vacío)

(APAGÓN)

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